Erasé una vez una inocente niña que imaginaba el paso del tiempo y se veía cumpliendo todos sus sueños. Esa niña crecía con el transcurrir de los años y se entristecía cada vez más al observar que esos sueños que había "programado" se desvanecían como humo de cigarro. Hasta que llegó el día en que echando la vista atrás en el tiempo se hizo la fatidica pregunta: ¿ No habré perdido el tiempo construyendo castillos en el aire?.
La respuesta se la dió su realismo, esos "sueños" sólo aceleraban su vida. "Llegó el momento de vivir el presente", dijo. A partir de aquél día disfrutaba más de los pequeños detalles, apreciaba cada ínfimo gesto y valoraba aún más todo a su alrededor. Pero no puede adjudicarse todo el mérito, tuvo que inundarse de humildad y dar las gracias a los "DUENDECILLOS" del bosque que la acompañaron en multitud de aventurillas. Colorín colorado este minicuento se ha acabado.
1 comentario:
Nunca desistas de soñar.
Todo puede cambiar si tu quieres.
Siempre con nota positiva.
Siempre dije que tenias estrella y no creo haberme equivocado.
Besos
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